El arroz es una de las plantas alimenticias más antiguas, originaria del sudeste asiático y especie de pantano, aunque en su filogenia existen diferentes genotipos capaces de realizar el ciclo en suelo no sumergido con el único aporte de una elevada precipitación atmosférica. La antigüedad de la cultura está confirmada por hallazgos arqueológicos chinos y del sudeste asiático que datan del 6000 al 7000 a. En Occidente, las primeras noticias sobre el arroz llegan tras la expedición de Alejandro Magno a Oriente, pero la comercialización comienza recién con los árabes que lo cultivaban en España en el siglo VIII. El arroz es uno de los cereales más consumidos en el mundo y una parte sustancial de la dieta de muchos países asiáticos, donde se cultiva ampliamente. El arroz se cultiva en alrededor de 120 países de todo el mundo, pero China e India juntos aportan más del 50 % de la producción de arroz a nivel mundial.
El arroz es un cereal perteneciente a la familia de las gramíneas y al género Oryza. Las especies más cultivadas pertenecen a la especie sativa, de las cuales se distinguen tres subespecies geográficas: indica a qué subespecies se cultiva en la India, los países del sudeste asiático y el sur de China, javanica limitada al cinturón ecuatorial de Indonesia y japonica a las que se refieren a las formas cultivadas en Japón, Corea, el norte de China, Egipto, Turquía, Italia, España, Portugal y América del Norte.
El arroz es una especie anual, cepita con un sistema de raíces agrupadas que consta de raíces adventicias muy numerosas. Las hojas tienen una lámina alargada, un margen entero y una superficie rugosa debido a la presencia de pelos cortos y rígidos en ambas páginas.
La inflorescencia es una panícula y las flores son hermafroditas.
La cariópside, comprimida lateralmente, de forma más alargada en las spp. Indica y javanica y más redondeadas en sp. Japonica es anatómicamente similar a la del trigo y cereales relacionados.
El ciclo biológico del arroz se desarrolla a través de las fases de:
Germinación: en esta fase el arroz tiene unas necesidades térmicas y de humedad específicas, pero también es especialmente sensible a la cantidad de oxígeno disponible. Con respecto a la humedad, la germinación comienza ya sea que los granos se coloquen en un ambiente bastante húmedo o se sumerjan en agua. La fase de germinación se considera completa cuando la planta ha formado la segunda tercera hoja.
Macollamiento: el macollamiento comienza con el desarrollo de un brote a partir de la yema ubicada en la axila de la hoja inferior y puede continuar por otras yemas del culmo primario y secundario. El desarrollo de los brotes macollos va acompañado del de las raíces adventicias, que pronto superan en importancia a las de origen embrionario. La diferenciación del ápice floral marca el inicio del período reproductivo y el final del período de macollamiento.
Levantamiento: esta fase se caracteriza por el alargamiento de los entrenudos, el crecimiento de las hojas y el desarrollo progresivo de la inflorescencia. El levantamiento termina con el alcance de la altura máxima de los tallos fértiles de la planta y con la emisión de las inflorescencias.
Floración: la floración es gradual a partir de la parte final de la panícula del culmo principal y continúa en los culmos macollos según el orden de su formación.
Maduración: en esta fase la cariopsis se hincha y aumenta su concentración en materia seca.
El arroz tiene grandes posibilidades de adaptarse a diversos ambientes, pero tiene altas exigencias térmicas. Se cultiva desde las zonas de origen tropical y subtropical hasta las templadas (desde los 40° de latitud S hasta los 53° de latitud N), desde altitudes cercanas al nivel del mar hasta los 2600 m en Nepal.
En cuanto a su cultivo, se distinguen los siguientes:
arroz de secano (arroz de tierras bajas), de zonas bajas y dependientes de las lluvias y arroz de secano (arroz de secano) de zonas montañosas ecuatoriales y tropicales totalmente dependientes de altas precipitaciones, tanto que se cultiva en campos sin terraplenes
arroz de regadío, en áreas donde el cultivo se lleva a cabo con una inmersión regular del suelo y un control cuidadoso del nivel del agua durante todo el ciclo
aguas profundas y arroz flotante cultivado con altos niveles de agua
A medida que se aleja de los ambientes más favorables, el arroz pierde el régimen térmico caracterizado por temperaturas elevadas y no sujeto a variaciones bruscas, tanto que se vuelve indispensable por un tiempo cada vez más prolongado que puede afectar también a todo el ciclo del cultivo. capa de agua de espesor adecuado que sumerge el suelo y la planta en parte de su altura.
Esta agua cumple la función de “volante térmico” que es particularmente importante, a efectos de producción, durante la germinación y especialmente durante las fases que van desde la diferenciación de las inflorescencias hasta la floración.
La planta no es muy exigente en cuanto a las características del suelo; sin embargo, el suelo ideal para el cultivo es aquel de reacción subácida, limoso o limoarcilloso, de 30-40 cm de profundidad.
El nitrógeno (N) es sin duda el elemento que puede afectar la productividad del cultivo al actuar directamente sobre el crecimiento de la planta, su tamaño, el número de tallos macollos, el peso de los granos y el contenido proteico de la misma. La absorción de nitrógeno aumenta durante la fase de macollamiento y alcanza su máximo después de la floración. Durante la maduración, la absorción se reduce significativamente y el elemento se traslada principalmente de las hojas a los granos. La influencia del fósforo (P) sobre la producción, aunque menos evidente, es muy importante sobre todo durante el desarrollo vegetativo durante el cual favorece el macollamiento y elongación de las raíces. Durante el período reproductivo, favorece la floración temprana y por tanto el proceso de maduración, especialmente en condiciones de clima frío. La absorción del fósforo es más lenta que la del nitrógeno hasta que se forman los brotes florales; posteriormente la absorción aumenta hasta después de la floración y se agota durante la maduración. El potasio (P) es un importante cofactor enzimático, su acción afecta el tamaño y peso de los granos, favorece el engrosamiento de las paredes celulares. Se absorbe principalmente por macollamiento en la floración.
El cultivo también se beneficia de la aplicación de productos con acción bioestimulante, a base de microorganismos e hidrolizados de proteínas vegetales. Estos productos pueden estimular la emergencia y el desarrollo de raíces en las primeras etapas del desarrollo de las plántulas, mejorar la disponibilidad de nutrientes en el suelo, aumentar el rendimiento desde un punto de vista cuantitativo y cualitativo, reducir el impacto negativo del estrés climático. y aumentar la eficiencia en el uso de nutrientes (NUE). La aplicación de bioestimulantes aumenta la sostenibilidad ambiental y económica del sistema productivo.
Recubrimiento de semillas
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Antes de arar
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Siembra
Desarrollo de la hoja
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Macollamiento
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